04 agosto 2010

 

Canal nostalgia: Hoy, helados

Hablar de helados en verano es tremendamente obvio, pero es que estoy emocionada con ese polo llamado Drácula desde que decidí probarlo hace, ehem, un mes. En el DIA los venden por cajas, y por cajas me los estoy zampando. 



Toda mi vida pasé del Drácula porque pensaba que era de regaliz rojo cubierto de regaliz negro. El regaliz negro me gusta, pero el rojo nada. Y además desconocía que de mitad para abajo ¡¡es de vainilla!! Si desprecio helados sin haberlos probado, imaginen la cantidad de cosas infinitamente más importantes que me pierdo por hacerme yo sola una idea completamente equivocada de lo que son en realidad. Me veo con 58 años diciendo "oye, pues El Guincho aquel... ¡hizo un discazo!". Tiempo al tiempo.

Total, que si nunca comí un Drácula de pequeña, ¿qué helados tomaba? 

El Minimilk: El blanco. A veces pienso que este helado se mantuvo en el mercado gracias a un consumo desatado por mi parte. No conozco a nadie que le guste. Yo pensaba que al ser de leche, era nutritivo, de forma que nunca tenía culpa por comer muchos, porque en el fondo me estaba alimentando. Vale, era el más barato.

El Colajet: Cocacola y limón (¿era limón?) coronado con un capuchón de chocolate. Para mí perdía la gracia en seguida porque el primer bocado era el mejor, y yo era de la escuela "lo mejor para el final". Aun así calculo que me comía unos tres millones cada verano, como todos vosotros.

El Nifty: Un fantasmita de vainilla y chocolate, casi casi como un helado Crocanti, que es mi favorito. El palo era de chicle de fresa, pero no recuerdo que estuviese especialmente bueno. Juraría que incluso tiraba a sandía un poco. Agh. Pero es que era bonito.

Superchoc: Chocolate, chocolate y más chocolate. Empachoso hasta decir basta, cosa que no recuerdo haberle dicho nunca a este monumento al grano y la espinilla. El centro era de chocolate sólido, como un Mimerienda en versión frescor. 

Gran Pacific: Helado de limón, tipo sorbete, recubierto de chocolate blanco. Una delicia, una exquisitez. Sin ningún género de dudas, era un helado para gente con clase, y precisamente por ello, un helado incomprendido. Que el dios de los helados lo tenga en su gloria.

Terminaré expresando mi total rechazo hacia el Calippo, el Popeye, el puto Twister, y especialmente a uno de Ondina sabor *menta*, que sólo un degenerado pudo inventar.

Dicho lo cual, les deseo a todos ustedes un feliz y plácido verano.


Comments:
A mi de pequeño me flipaba el MiniMilk! Era el que compraba siempre!
 
Dior mío! Me has robado la entrada!!

Es que el otro día vi esta carta y casi me caigo de culo

http://sp3.fotolog.com/photo/19/44/72/losmalditos80/1217225243264_f.jpg

¿Qué me dices del Frigurón? Aquellos eran tiempos, cuando los helados eran azules y se les podía llamar cosas como "Negrito" sin miedo a represalias.
Por cierto: siempre me pareció inaudito el anuncio de los COnguitos. ¿Quién lo escribió?¿Un creativo del Ku Klux Klan?
 
Confirmo limón en el colajet.
(Es que ayer justo me comí uno)
 
*Pinker: Coincidimos siempre en lo más extraño, hijo.
*Milodón: ¡Tú me robaste una de Carmen Maura! Pero haz la entrada de Helados de todas maneras, que aportarás mucha más chicha que yo.
*Rotten: ¿Y te supo igual que antes?
 
Escribiré, pues. Solamente comentarle que los helados de La Sirena quitan el sentío. Vaya y verá.
 
Te olvidas el Frigurón.
he llorado al leer lo del Gran Pacific
El Superchoc está reeditado este año y sabe bien.
Cambio y corto.
Prietor
 
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