15 diciembre 2009

 

La hora feliz con Beach House

Va a resultar que fue un flechazo. Ahora estoy segura.

¿Dónde escuché Master of none por primera vez? Sería en Radio3, pero no puedo saberlo a ciencia cierta. Lo que sí sé es que el día que A. y yo pasamos la tarde viendo videos de Beach House en Youtube, ya tenía ese sonido dentro, como si fuese una bomba con temporizador. Algo extraño y magnético en Victoria Legrand nos tenía pegadas a la pantalla. "¿Tu crees que podría ser un chico?" - preguntaba yo. A. se reía y me miraba como si estuviese mal de la cabeza (buscamos información y todo, ¡qué perversas!). Esa noche me fui a dormir con una intriga tremenda y la sensación de haber descubierto algo que encajaba en mí perfectamente, como el botón que te falta en el abrigo, pero que ni si quiera te has dado cuenta de que se te ha caído hasta que te lo encuentras un día por ahí mientras buscas otra cosa.

Por la mañana abrí los ojos de golpe y con el corazón acelerado salté de la cama en dirección al salón. Me acerqué hasta una de las torres de cd's que había apilados y mi mano se lanzó al sitio exacto donde estaba Devotion, el segundo disco de Beach House, con su plástico puesto. Entonces me acordé de que lo había cogido tiempo atrás porque la portada me había gustado. Así que, por fin, le quité el plástico, lo puse, y desde entonces creo que no han pasado más de tres días seguidos sin oirles. ¡La de kilómetros que me hice el año pasado escuchando sus canciones mientras miraba por la ventana! Eran la banda sonora perfecta para los viajes nocturnos y para los días soleados de frío. 

Vinieron a tocar a Madrid y a mí me pilló fuera. Me contaron que había unas 20 personas en la sala y me dieron ganas llorar, ¿pero qué le pasa a la gente? Más tarde, un día que A. me invitó a cantar con ella, tuvimos la osadía de hacer una versión de You came to me, y estrené mi Omnichord en público para la ocasión. La gente seguía sin enterarse, pero me sentí tan a gusto cantándola, que el resto daba igual. Fue como estar un poquito cerca de Beach House, de alguna manera.


Sorryfortheundressing

Hasta que llegó el verano, la expedición a Londres para verles y todo eso. Nunca voy a olvidarme de esa primera vez, pero aquella iglesia, que lo hacía tan especial, obligaba al mismo tiempo a la contención. Y Contención y yo, digamos que no somos demasiado compatibles. Así que el concierto de Beach House del sábado pasado en el Neu! creo que fue la hora más feliz que he tenido en muchísimo tiempo; cantando, resoplando, acongojándome, silbando, provocando agujetas en mi cuello y cardenales en el brazo derecho de RRR... Más a tope no podía estar. Para cuando tocaron Used to be ya tenía decidido que allí solo podía disfrutar y disfrutar y que ni si quiera el mongolo que le pedía a Victoria que enseñase las tetas podía arruinármelo. ¡Si hasta el repertorio y la duración del concierto fueron de mi agrado! El resto del mundo dejó de preocuparme por una hora, y lo que más me conmueve al recordarlo es que estaba rodeada de amigos que tienen que soportar mi mal carácter a menudo, y esa noche dejaron que diera rienda suelta a todo mi repertorio de pequeños desequilibrios frente a alguien que me tiene fascinada. Creo que no se puede pedir más.

De vez en cuando das con un grupo que te cambia en algo; su influencia se hace importante en tu forma de apreciar la música y por extensión, en tu vida. Me pasó con Broadcast y Trish Keenan, luego con Los Punsetes y Ariadna, y un poco más tarde con Beach House y Victoria Legrand. Tres casos de chica impactante al frente, sobrada de personalidad y con un estilo propio. No sabría cómo interpretar la admiración que siento por ellas y por los grupos de los que forman parte, pero pienso que todo el mundo debería tener algo que le haga sentir así. Yo al menos me siento muy afortunada ahora. Porque me gusta tener una intuición (positiva) y acertar. Porque con el miedo que me daba, me parece increíble que todo haya salido tan bien y hasta me alegro de que la gente, según parece, se vaya enterado por fin. Todo eso a pesar de que no pueda parar de preguntarme ¿cuándo llegará la próxima vez?

El tercer disco de Beach House se llama Teen dream, y tiene toda la pinta de ir a petarlo. Y aunque me figuro que ya andará por ahí, creo que voy a esperarme a que llegue Enero -que es cuando sale- y tenerlo en mis manos para escucharlo al completo. Creo que un flechazo bien merece esa espera.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?