09 abril 2012

 

Déjame tranquilo

 
El otro día estuve viendo a Cass McCombs tocar en El Sol.

Nada más comenzar el concierto, subido al peldaño del escenario, había un chico con una cámara de fotos (con un objetivo de palmo y medio) pegado a la cara del señor McCombs, quien primero le lanzó una mirada reprobadora, y después le apartó con un pie mientras intentaba seguir tocando. Cuando terminó esta primera canción del repertorio, le pidió que se alejara; "déjame tranquilo" - le dijo. Bien porque el chico no entendía inglés, bien porque no le daba la gana, el caso es que no se alejaba. Solo entonces adoptó un tono más serio para decirle: "Tú no eres parte del espectáculo ¿lo entiendes? Estás subido en el escenario, ¿quieres también que te pase el micrófono?" Viendo que el chico no se inmutaba, pidió entonces que alguien de la organización hablara con él. Después de la siguiente canción, le vi pasar por delante de mí con su cámara, supongo que en dirección a la salida.

El concierto continuó, pero el mal ya estaba hecho, y tuvieron que pasar varias canciones hasta que el músico se encontrase al fin a gusto sobre el escenario. No es sólo una percepción mía; él mismo lo reconoció, con cierto apuro, cuando hablamos después del concierto.

Cualquiera que haya estado subido a un escenario sabe lo incómodo que resulta tener a un fotógrafo o a un cámara demasiado cerca cuando estás tocando e intentando concentrarte. Te tensas mogollón, intentas ignorarlo, pero no siempre lo consigues. Eso, como músico; como público, simplemente detesto cualquier elemento que me distraiga de lo que he ido a ver; ya sea gente charlando, anuncios voladores proyectados sobre el escenario, o tíos con cámaras encaramados en primera fila intentando sacar hasta los pelillos de la nariz. 
Siempre he creído que la mayor virtud  de un fotógrafo consistía en pasar desapercibido, y pienso que para que haga su trabajo, no necesita interferir en el trabajo de los otros. También deberían saber interpretar las señales - ¿por qué creéis que Cass McCombs, Mark Lanegan y otros tantos, piden que la luz sea lo más tenue posible? 

Otros músicos lo tienen más claro todavía; M. Ward, por ejemplo, no permite la entrada de ningún reportero gráfico a sus conciertos, ni si quiera durante las 2 o 3 primeras canciones. Esto le hará ganarse la antipatía de muchos, supongo, pero también el agradecimiento de algunos, entre los que no me importa decir que me encuentro.

Parece ser que este chico es fotógrafo profesional, y lamento leer que tenga una mano dolorida, pero ya es bastante fastidioso que a Cass McCombs le coloquen el sambenito de "tipo raro", como para que además ahora sea también "violento". Creo que respetando un mínimo de espacio vital, este incidente (y muchos otros) se podría haber evitado. No creo que cueste mucho entenderlo.



Comments:
El problema es que hay gente a la que le encanta dar la lata y ser el centro de atención, vaya adonde vaya.

Yo estuve en un concierto de los Fleshtones hace un par de meses y un tipo aprovechó que el cantante se bajó del escenario para subirse él y terminar la canción... y aún costó que los de seguridad lo echaran porque el amigo no veía muy claro qué es lo que había hecho mal.

¡Un saludo!
 
Publicar un comentario

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?